Gana el "pájaro de acero" en la segunda vuelta





· Hubo "empate" en la primera vuelta; en la segunda, ganó el avión
· Los recursos económicos recabados serán para obras altruistas
· 10 segundos duró el espectáculo tierra/aíre observado por 2 mil espectadores
· Un vulgar propietario de antro de vicio provoco y agredió a fotógrafo
Gabriel Valencia Juárez
Guachochi, Chih.- La anunciada carrera aíre/tierra, que solo duro 10 segundos en una pista de 402 metros, entre el avión Cessna y un automóvil de 8 cilindros, causó revuelo en la región, y reunió a dos mil espectadores, aproximadamente, que pagaron 50 pesos la entrada, soportando los abrasadores rayos del sol, para ver el primer y emocionante espectáculo deportivo de alta velocidad, realizado en el entronque Guachochi-Yokibo-Morelos, el pasado 16 de septiembre.
El evento de la carrera espectacular, nunca antes visto en esta región serrana, y que fue parte de la programación del 199 aniversario de la gesta de independencia nacional, tuvo la finalidad de recabar fondos económicos para destinarlos a obras altruistas entre la gente necesitada, indicó el dirigente del Club de Leones de Guachochi, Antonio Ronquillo, integrante del grupo organizador del evento deportivo de alta velocidad.
Tras el emotivo grito de independencia por el alcalde Martín Solís Reyes ante 6 mil personas reunidas en la plaza principal, la noche del 15 de septiembre, y del colorido desfile por la mañana del miércoles 16 de septiembre de mil 500 estudiantes de secundaria, bachillerato y universidad, más jinetes y automovilistas, por las principales calles de la "capital de la Sierra Tarahumara", festejando un año más de la "Independencia de México", anunciaron, además de cartelones, la carrera del avión de Guachochi contra el automotor procedente de Parral, a la 1 de la tarde.
Por problemas técnicos y ajustes de velocidad entre el aeroplano y el auto contendientes, iniciaron hasta las 3 de la tarde, según explicaron los organizadores del Club de Leones de Guachochi, cuando los rayos del sol estaban en su apogeo sobre los espectadores, que con cachuchas y sombreros se cubrían, y la sed la apagaban con paletas, cerveza y agua embotellada.
La pista de carreras que se acondicionó sobre la carretera, fue de un cuarto de milla (402 metros), donde antes de la anunciada corrida entre el avión y el auto, hubo "arrancones", compitiendo varios conductores de la región, con vehículos de diversas marcas, calibres y estilos, que sin apuestas, formaron parte del espectáculo, mientras los dos mil espectadores –cálculos de los mismos organizadores y gente del pueblo- esperaban a los pilotos que darían, en menos de 10 segundos, un gran espectáculo de distracción por aíre y tierra.
"Algo novedoso de espectáculos espera la gente para distraerse en sano esparcimiento", según expresó el CPA, Jesús Manuel Chaparro, conductor del avión competidor.
A lo largo del tramo de la carretera interestatal, ajustada como pista de alta velocidad de 402 metros, recién pavimentada por Obras Públicas del gobierno del estado, se reunieron de ambos lados de la rúa, cientos de guachochienses, entre hombres, bellas sematis tewekes (bonitas mujeres) y niñas y niños (towis y tewes), que emocionados esperaban el arranque del avión local y el auto de Parral. Varias personas que no se aproximaron a la pista, observaron el espectáculo desde la sombra fresca de los pinos contiguos a la carretera, toda vez que el sol estaba candente, y algunos de ellos, sin pagar su "boleto" de entrada.
A las 1 y media de la tarde, arribó, sobre otra nave, el vehículo de 8 cilindros, procedente de Parral, conducido por Armando Lozano, que luego de hacer varias pruebas para adaptar el auto sobre la pista, los ayudantes echaron agua a las llantas lisas traseras para darle fuerza e impulso al automotor a una velocidad de 300 kilómetros por hora, según explicó el mismo conductor del potente carro que hacía un estruendoso sonido insoportable para los oídos, como se pudo escuchar.
Media hora después, el avión competidor, conducido por Jesús Manuel Chaparro, bajó a la pista de carreras ante las miradas expectantes de los serranos. Antes, el piloto aviador hizo una demostración de piruetas aéreas sobre los cientos de gentes enfiladas sobre la pista, y carpas donde vendían comida, cerveza y agua embotellada para sofocar el calor. Parte de las entradas y ganancias por ventas, indicó Antonio Ronquillo, serán para obras altruistas, a favor de la gente necesitada. El avión se elevo de nuevo y se dirigió al aeropuerto local a prepararse para la competencia.
Empate, dudas y ganador
A las tres de la tarde, se anunció la primera competencia entre el avión y el auto, y la gente se acomodó en el mejor lugar para atisbar y tomar fotos con celulares, la atrasada carrera por 2 horas. Al automotor le dieron 100 metros de ventaja, en tanto arrancaba de la salida; arriba se veía el avión que volaba en picada sobre la pista de un cuarto de milla –como en las carreras de caballos-, para emparejarse y enfilarse hacia la meta, a más de 300 kilómetros por hora, llegando entre 7 y 10 segundos, dejando una estela de polvo y estruendo de sonidos en el ambiente.
Como quedaron empatados en la primera carrera, según los organizadores del Club Leones, media hora después, se hizo otra competencia; y en la segunda, ganó el avión con una ventaja de 3 segundos, ya que en la primera salida, argumentaron los mismos organizadores, "se había dado mucho margen al auto antes de la salida", y la gente se quedó con la duda de quien había ganado en la primera carrera, pues solo polvo vieron al final de la meta de llegada, ubicada en el primer puente de la carretera Guachochi-Morelos. Con la segunda vuelta, se despejaron las dudas.
Cálculos de los organizadores coincidieron, que al entronque Guachochi-Morelos-Creel, se estacionaron más de 500 vehículos, donde se acondicionó como entrada para cobrar 50 pesos por persona, entregándoles un collar de mano, anaranjado, como boleto. En el evento estuvieron presentes la policía municipal y una ambulancia médica de URGE para atender cualquier contingencia que se presentara.
Dos trairles particulares, sirvieron de muro para evitar que la gente pasara sin pagar y ver el evento; sin embargo, algunas personas que no tenían dinero para costear la entrada, prefirieron brincar las cercas alambradas contiguas a la carretera, entre ellos indígenas, que al ser sorprendidos por los cobradores, sin el "boleto" de color, pretendían cobrarles, lo cual molestó y fue mal visto por otros espectadores que observaron el propósito de los cobradores enojabados, según comento Humberto Guevara, uno de los cientos espectadores el pasado 16 de septiembre.
Provocaciones, agresiones y antros de vicio
A las 4 de la tarde terminaron las carreras sin incidentes graves, solo "arrancones" ilegales que paró la policía, y una provocación, agresión por la espalda e insultos de un vulgar propietario de antro de vicio y prostíbulo "La Cabaña", Petronilo González, contra un ciudadano en labores durante el evento; provocación que no fue respondida por el fotógrafo agredido, y reportada al director de Seguridad Pública, Eliseo Holguín.
Finalmente, este tipo de eventos, como afirmó el doctor David Lomelí de la SSA-SES, "de sano esparcimiento y cultural, sirven para que la población se distraiga, y no esté encerrado en sus casas, algunos emborrachándose, pensando cosas malas y negativas. Se necesitan estos eventos, enfatizó el galeno, de diversión más seguidos para que la población serrana salga de la rutina cotidiana. Faltan traer más espectáculos deportivos, culturales; librerías, cines, presentación de obras de teatro, etcétera… ver otras alternativas, que últimamente se están presentando en Guachochi, y no solo ir a cantinas y licorerías para divertirse", concluyó.
El evento de la carrera espectacular, nunca antes visto en esta región serrana, y que fue parte de la programación del 199 aniversario de la gesta de independencia nacional, tuvo la finalidad de recabar fondos económicos para destinarlos a obras altruistas entre la gente necesitada, indicó el dirigente del Club de Leones de Guachochi, Antonio Ronquillo, integrante del grupo organizador del evento deportivo de alta velocidad.
Tras el emotivo grito de independencia por el alcalde Martín Solís Reyes ante 6 mil personas reunidas en la plaza principal, la noche del 15 de septiembre, y del colorido desfile por la mañana del miércoles 16 de septiembre de mil 500 estudiantes de secundaria, bachillerato y universidad, más jinetes y automovilistas, por las principales calles de la "capital de la Sierra Tarahumara", festejando un año más de la "Independencia de México", anunciaron, además de cartelones, la carrera del avión de Guachochi contra el automotor procedente de Parral, a la 1 de la tarde.
Por problemas técnicos y ajustes de velocidad entre el aeroplano y el auto contendientes, iniciaron hasta las 3 de la tarde, según explicaron los organizadores del Club de Leones de Guachochi, cuando los rayos del sol estaban en su apogeo sobre los espectadores, que con cachuchas y sombreros se cubrían, y la sed la apagaban con paletas, cerveza y agua embotellada.
La pista de carreras que se acondicionó sobre la carretera, fue de un cuarto de milla (402 metros), donde antes de la anunciada corrida entre el avión y el auto, hubo "arrancones", compitiendo varios conductores de la región, con vehículos de diversas marcas, calibres y estilos, que sin apuestas, formaron parte del espectáculo, mientras los dos mil espectadores –cálculos de los mismos organizadores y gente del pueblo- esperaban a los pilotos que darían, en menos de 10 segundos, un gran espectáculo de distracción por aíre y tierra.
"Algo novedoso de espectáculos espera la gente para distraerse en sano esparcimiento", según expresó el CPA, Jesús Manuel Chaparro, conductor del avión competidor.
A lo largo del tramo de la carretera interestatal, ajustada como pista de alta velocidad de 402 metros, recién pavimentada por Obras Públicas del gobierno del estado, se reunieron de ambos lados de la rúa, cientos de guachochienses, entre hombres, bellas sematis tewekes (bonitas mujeres) y niñas y niños (towis y tewes), que emocionados esperaban el arranque del avión local y el auto de Parral. Varias personas que no se aproximaron a la pista, observaron el espectáculo desde la sombra fresca de los pinos contiguos a la carretera, toda vez que el sol estaba candente, y algunos de ellos, sin pagar su "boleto" de entrada.
A las 1 y media de la tarde, arribó, sobre otra nave, el vehículo de 8 cilindros, procedente de Parral, conducido por Armando Lozano, que luego de hacer varias pruebas para adaptar el auto sobre la pista, los ayudantes echaron agua a las llantas lisas traseras para darle fuerza e impulso al automotor a una velocidad de 300 kilómetros por hora, según explicó el mismo conductor del potente carro que hacía un estruendoso sonido insoportable para los oídos, como se pudo escuchar.
Media hora después, el avión competidor, conducido por Jesús Manuel Chaparro, bajó a la pista de carreras ante las miradas expectantes de los serranos. Antes, el piloto aviador hizo una demostración de piruetas aéreas sobre los cientos de gentes enfiladas sobre la pista, y carpas donde vendían comida, cerveza y agua embotellada para sofocar el calor. Parte de las entradas y ganancias por ventas, indicó Antonio Ronquillo, serán para obras altruistas, a favor de la gente necesitada. El avión se elevo de nuevo y se dirigió al aeropuerto local a prepararse para la competencia.
Empate, dudas y ganador
A las tres de la tarde, se anunció la primera competencia entre el avión y el auto, y la gente se acomodó en el mejor lugar para atisbar y tomar fotos con celulares, la atrasada carrera por 2 horas. Al automotor le dieron 100 metros de ventaja, en tanto arrancaba de la salida; arriba se veía el avión que volaba en picada sobre la pista de un cuarto de milla –como en las carreras de caballos-, para emparejarse y enfilarse hacia la meta, a más de 300 kilómetros por hora, llegando entre 7 y 10 segundos, dejando una estela de polvo y estruendo de sonidos en el ambiente.
Como quedaron empatados en la primera carrera, según los organizadores del Club Leones, media hora después, se hizo otra competencia; y en la segunda, ganó el avión con una ventaja de 3 segundos, ya que en la primera salida, argumentaron los mismos organizadores, "se había dado mucho margen al auto antes de la salida", y la gente se quedó con la duda de quien había ganado en la primera carrera, pues solo polvo vieron al final de la meta de llegada, ubicada en el primer puente de la carretera Guachochi-Morelos. Con la segunda vuelta, se despejaron las dudas.
Cálculos de los organizadores coincidieron, que al entronque Guachochi-Morelos-Creel, se estacionaron más de 500 vehículos, donde se acondicionó como entrada para cobrar 50 pesos por persona, entregándoles un collar de mano, anaranjado, como boleto. En el evento estuvieron presentes la policía municipal y una ambulancia médica de URGE para atender cualquier contingencia que se presentara.
Dos trairles particulares, sirvieron de muro para evitar que la gente pasara sin pagar y ver el evento; sin embargo, algunas personas que no tenían dinero para costear la entrada, prefirieron brincar las cercas alambradas contiguas a la carretera, entre ellos indígenas, que al ser sorprendidos por los cobradores, sin el "boleto" de color, pretendían cobrarles, lo cual molestó y fue mal visto por otros espectadores que observaron el propósito de los cobradores enojabados, según comento Humberto Guevara, uno de los cientos espectadores el pasado 16 de septiembre.
Provocaciones, agresiones y antros de vicio
A las 4 de la tarde terminaron las carreras sin incidentes graves, solo "arrancones" ilegales que paró la policía, y una provocación, agresión por la espalda e insultos de un vulgar propietario de antro de vicio y prostíbulo "La Cabaña", Petronilo González, contra un ciudadano en labores durante el evento; provocación que no fue respondida por el fotógrafo agredido, y reportada al director de Seguridad Pública, Eliseo Holguín.
Finalmente, este tipo de eventos, como afirmó el doctor David Lomelí de la SSA-SES, "de sano esparcimiento y cultural, sirven para que la población se distraiga, y no esté encerrado en sus casas, algunos emborrachándose, pensando cosas malas y negativas. Se necesitan estos eventos, enfatizó el galeno, de diversión más seguidos para que la población serrana salga de la rutina cotidiana. Faltan traer más espectáculos deportivos, culturales; librerías, cines, presentación de obras de teatro, etcétera… ver otras alternativas, que últimamente se están presentando en Guachochi, y no solo ir a cantinas y licorerías para divertirse", concluyó.
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