martes, 6 de diciembre de 2011

Concierto de piano de joven rarámuri en Guachochi


Interpretó música clásica de Mozart, Beethoven, Chopin, Shuman, M. Ponce, Francisco Tarrega y Romayne Wheeler, su maestro

Tocó dos composiciones propias: Napawika ganiriáme (contentos juntos) y Serenata para Cristina






* Grabó su primer CD: “primer movimiento” que ya circula en el público
* Primer concierto público de música clásica en la Sierra Tarahumara


Gabriel Valencia Juárez

Guachochi, Chih.- Con sutileza y destreza, los dedos mágicos del joven pianista rarámuri, Romeyno Gutiérrez Luna, presentaron un bello paisaje musical al interpretar, en un piano que data de 1890, veintisiete piezas de música clásica, dos de las cuales son de su autoría, ante un público selecto reunido en el auditorio Caraveo, que fascinado y encantado aplaudía de pie al concertista indígena quien “demostró mucho talento y elevadas condiciones de artista que lo harán crecer mucho”, manifestó la artista plástica, Adela Solís.
Originario de Retosáchi (Piedra blanda en rarámuri), ejido de Munérachi, Batopilas, y con 25 años de edad, Romayno Gutiérrez Luna, se inició como pianista a la edad de 8 años al escuchar el piano que tocaba Romayne Wheeler, su maestro y tutor quien lo guió y enseñó a tocar el instrumentos musical. “Todos los fines de semana entrenaba lecciones de piano”, dijo el joven rarámuri cuando estudiaba la primaria en su lugar de origen.
Romayno Gutiérrez Luna toco dos piezas de su autoría el pasado 2 de diciembre a las 7 de la noche: Napawika ganiriámi (contentos todos) y Serenata a Cristina, e interpreto con maestría algunas sinfonías de Ludwig Van Beethoven, Amadeus Mozart, Robert Shuman, Manuel M. Ponce, Frederic Chopin, Francisco Tarrega y Romayne Wheeler, su maestro y tutor. Antes de tocar las piezas musicales, explicaba al público su origen y el autor con la cual ilustraba a la audiencia.
“Nació de mi corazón ser pianista”, manifestó el alumno de Romayne Wheeler, oriundo de California, Estados Unidos, un poeta, compositor y pianista de talla internacional que da conciertos en los cuatro continentes y es conocido como “el Beethoven de la Sierra Tarahumara”. Vive en Retosáchi, donde tiene su estudio al filo de un barranco de Munérachi, desde hace 17 años y viste igual que los indígenas. “Muchas personas de Chihuahua desconocen al pianista y compositor, ya que su música conocida a nivel internacional “no es comercial” ni tiene la finalidad de lucrar para beneficio propio. Su música es de solidaridad con los indígenas de Chihuahua”, reseña que se publicó en El Heraldo de Chihuahua el 5 de junio del 2008.
El concierto fue organizado por la Sociedad de Alumnos de la UACH-Guachochi y la Alcaldía serrana para difundir la cultura de la música clásica en la Sierra Tarahumara, a la vez de recaudar recursos para la universidad, indicó Homero Hernández García, alumno de la Facultad de Administración Pública de Ciencia Política y Sociales.
Después de estudiar la secundaría y el bachillerato en Guachochi, Romayno Gutiérrez, cuyos padres indígenas son Juan Gutiérrez y Regina Luna, afirmó su decisión de ser pianista y compositor, y se inscribió en el Conservatorio de Música de Chihuahua capital, una carrera de 9 años, de los cuales lleva cinco estudiando de tiempo completo, gracias a una beca del Club Rotario de Canadá, conseguida por su tutor Wheeler, señaló el joven concertista, entrevistado antes de dar el concierto.
El primer concierto de Romayno Gutiérrez Luna fue en Zamora, Michoacán, en 2002, y a los 17 años, el pianista rarámuri toco en el Zócalo de la Ciudad de México en 2005. Recuerda que ha dado conciertos en Colima, Ciudad Juárez, El Paso, Texas, EUA, y en las principales ciudades del estado de Chihuahua, y ahora por primera vez, en Guachochi.
Se presento algo fino e inesperado
Por su parte, la pintora plástica y escultora Adela Solís, expuso que el concierto del pianista indígena fue algo inesperado, ya que desde la visión de los mestizos-chabochis, los indígenas solo tocan el violín, el tambor y la guitarra. Ahora fue algo muy diferente; más fino musicalmente, acercándonos a conciertos de países del primer mundo, ya que es la primera vez que en Guachochi se presenta un concierto de calidad de música clásica.
“Romayno Gutiérrez tiene mucho talento y va a crecer mucho, ya que demuestra que tiene mucho valor artístico que algunas personas que no saben de música, no la valoran. Está forjando una sólida carrera de pianista y compositor natural de la etnia rarámuri”, precisó la artista plástica.
Al concierto asistieron aproximadamente 200 personas, entre ellas el alcalde Andrés Balleza Carreón y su esposa, el ex presidente municipal, Martín Solís Reyes y su familia, estudiantes de la UACH, así como doctores, cinco de ellos, les dieron un reconocimiento por su trayectoria en el sector salud: doña Lucha Carmona, Narciso Ramírez, Armando Trigo, Jorge Barrera y Andrés Balleza.
El joven rarámuri cerró el concierto con una de las piezas musicales “más difíciles de tocar”, como afirma Romayne Wheeler: Recuerdos de Alhambra, ya que de la interpretación original en guitarra se adopto al piano, con lo cual el pianista se llevó los aplausos con entusiasmo y en pie del público selecto que asistió a escuchar “a un Beethoven o un Mozart joven de la Sierra Tarahumara”, como se comento entre los asistentes al finalizar el concierto a las 9 de la noche en medio de un intenso frío.

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