domingo, 14 de diciembre de 2008

Distribuyendo dulces y piñatas a niños indígenas marginados de Mesa en Basiaware, ejido de Santa Anita, municipio de Guachochi, Chihuahua, por personal del DIF. A pesar de que esa comunidad tiene una riqueza forestal, los indígenas viven en la desnutrición y vil pobreza.
Estampa rural de la Sierra Tarahumara de Chihuahua. Rancho ubicado en la localidad de El Guajolote, ejido Santa Anita, rumbo a Yoquivo, municipio de Batopilas, Chihuahua.

El fotoperiodista en Guacayvo, arreando un burrito cargado de frutas, antes de subir la abrupta barranca. (Foto: Juanita Sotelo).


Desde estas lejanas montañas agrestes llena de pinos, donde viven abandonados los indígenas, caminan los niños rarámuris de 3 a 4 horas para ir a la escuela, ida y vuelta.



Abriendo camino por las veredas que van a Guacayvo y Papigochi. Llevan 8 meses los trabajadores y tardarán otros 8 meses para terminar el camino hasta esos pueblos olvidados.




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