Raramúchi, Wirichike, Guacayvo-Papigochi y Basiaware en el olvido
* Gran desnutrición y extrema pobreza azotan a niños indígenas rarámuris
* Nunca habían festejado una piñata navideña; felices juntaban dulces
* Los niños no aprenden ni avanzan y se duermen en las clases o en el suelo por la desnutrición
* Infantes caminan entre 3 o 4 horas, ida y vuelta, de su comunidad a la escuela
* CDI y CET no abastecen suficiente alimentación y además la retrasan
* Ausentismo y falta de maestros queja constante de padres de familia
* No tienen agua, luz, baños, ni aulas, comedores, casas de maestros decentes las escuelas o albergues
* Se invito a regidores a la gira de trabajo, y no fue ni uno
Gabriel Valencia Juárez
Guachochi, Chih.- Rarámuchi, Wirichike, Guacayvo-Papigochi y Basiaware comunidades indígenas lejanas, escabrosas y olvidadas de este municipio serrano, visitadas por personal del Desarrollo Infantil de la Familia –DIF- municipal, no aparecen en los mapas municipales, menos en los turísticos; pueblos que tienen carencias y problemas ancestrales de alimentación, salud, educación, luz eléctrica y caminos.
Son comunidades que viven en “la pobreza extrema” y marginación social, fuera del progreso de la civilización mestiza/chabochi; donde los niños –towis- y niñas –tewes- sufren la grave desnutrición, sobre todo los menores de 5 años, marcada por la falta de alimentación adecuada; situación de miseria hereditaria que vienen arrastrando, generación tras generación, afirmó la indígena, Juanita Sotelo, directora del DIF municipal de Guachochi.
-¡No hay nada! Los niños no aprenden, ni avanzan por la gran desnutrición. Se quedan dormidos en las clases o en el suelo por la pobreza extrema en que viven los niños-, aseguró el director Juan Manuel Pérez de la escuela primaria Nicolás Bravo del sistema de Educación Indígena de la comunidad Mesa de Basiaware – planta para fermentar teswino/licor de maíz en rarámuri- del ejido boscoso de Santa Anita.
Varios niños rarámuris, desnutridos y pobres, caminan cinco días a la semana, entre 3 y 4 horas, ida y vuelta, de su casa a la escuela o albergue –unos 8 ó 10 kilómetros diarios-. Algunos infantes “solo van a la escuela para comer; no para estudiar, toda vez que en sus casas no tienen que comer, solo pinole”, concuerdan maestras y profesores de las cuatro comunidades citadas.
En el caso de Cerro de Wirichike –Lugar de agricultura, en rarámuri, según la maestra Ema Gloria Holguín- y Mesa de Basiaware, padres de familia y profesores coinciden en que hacen falta albergues con buena infraestructura para los niños que están en edad de estudiar y los que viajan lejos durante varias horas.
En el ejido Wirichike con solo 46 ejidatarios y 961 hectáreas sin monte, ya que el cacique maderero Hugo Cevallos acapara más de 700 hectáreas de bosque en el mismo lugar-, el alcalde Martín Solís Reyes, inauguró -9 de diciembre- una cocina y comedor amplios, además de ordenar reconstruir la carretera que tiene tramos en pésimas condiciones, que desde hace 18 años no “le daban una manita de gato”. El director de la escuela, Hermilo Holguín Caro, no estaba en su lugar de trabajo ya que “pidió días económicos” para estar en Ciudad Juárez, denunciaron las madres de familia.
Nunca habían quebrado una piñata
-¿Por qué escogieron esas cuatro comunidades?-, se preguntó a la presidenta del DIF, Maricruz Villa de Solís, y con seguridad contesto: - Porque son las más pobres y lejanas. Más difícil que vayan (personal institucional) por lo problemático del acceso-. Y para ejemplicar la situación que vive la Sierra Tarahumara de Chihuahua, la funcionaria municipal, sintetizó: “Están pobres todas, pero unas más”.
Los días 6, 9, 10 y 11 de diciembre, personal del DIF, se trasladaron a dichas comunidades indígenas de difícil acceso por sus veredas abruptas y peligrosas, como Guacayvo-Papigochi del ejido de Samachike –Lugar Húmedo en rarámuri-; una localidad histórica que fue explotada por sus minerales de oro, plata y cobre; que guarda una iglesia y casas en ruinas, construidas hace 400 años aproximadamente, situada en el fondo de una barranca que vivifica un arroyo permanente de aguas cristalinas emanadas de unos manantiales ubicados en lo alto de las montañas, colindante con el municipio de Batopilas; una zona subtropical donde las frutas –naranjas, limas, limones, limalimón, mandarinas y aguacates, están a la vista y disfrute de los visitantes; mucha de esa fruta se echa a perder porque no se comercializan por falta de caminos transitables, reconocen los lugareños.
Cuarenta minutos de bajada y casi una hora para subir las laderas abruptas, por donde esta una vereda o “camino de herradura” que va a Guacayvo-Papigochi –Lugar de Pico de Pájaro, en rarámuri-, caminó el personal del DIF, cargando bolsas pesadas de dulces, galletas, ropa y piñatas para entregarlas a los niños indígenas que nunca habían disfrutado una piñata, “ni las conocían”, dijo la presidenta del DIF municipal, quien bajó y subió tranquilamente la barranca.
Cabe señalar que el Ayuntamiento de Guachochi está abriendo un camino de terracería, siguiendo la vereda, con tractores, explosivos y barrenadores hasta llegar a Guacayvo-Papigochi. Los trabajadores llevan 8 meses abriendo brecha y faltan otros 8 meses para llegar, aproximadamente, para concluir la obra carreterial, según cálculos de los mismos trabajadores que laboran en lo alto y abrupto de la Sierra Tarahumara de Chihuahua.
La carretera era una demanda de los serranos desde hace varios años, dijo don Anacleto Ramírez de 66 años de edad, quien dice tener “más 200 años” por las historias que le contaron su abuelo, que vivió 110 años, y su padre, que duro con vida 108 años, ambos de nombre Brígido Ramírez. Don Cleto, es el historiador y cronista de esa región serrana de Chihuahua.
De acuerdo a don Anacleto Ramírez Estrada, en el antiguo mineral de Guacayvo-Papigochi, dio origen a Las Barrancas del Cobre. –Este lugar histórico y turístico son las verdaderas Barrancas del Cobre, pero lo tienen olvidado-, sentenció el ex gambusino de oro por las riberas del arroyo de Guacayvo.
Caso aparte es el de Guaycayvo, donde hay 30 niños en edad escolar y no tienen profesores. No tienen “apoyo de nada” de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas -CDI-, Coordinación Estatal de la Tarahunmara -CET-, ni de los Servicios Educativos del Estado –SEECH-. Están olvidados a pesar de las gestiones a las autoridades hechas desde hace varios meses por Sandra Luz Cerda Martínez, una cristiana altruista de Ciudad Juárez, que funge como maestra mientras se regulariza la escuela que tiene carencias de todo. Sin embargo, los niños tienen asistencia de hospedaje y tres comidas desde agosto, apoyo recibido por una institución cristiana, y si no se atiende a los niños indígenas, perderán el ciclo escolar, además que se esperan otros 25 niños en enero de 2009, afirmó Sandra Luz Cerda.
Posadas navideñas en comunidades pobres y lejanas. El personal del DIF, repartió mil bolsas de diversos dulces, cien cobijas, 25 despensas y 9 piñatas, que fue el total de la distribución en las 4 comunidades visitadas, en especial a niños indígenas. Los productos fueron traslados en camionetas del municipio, y a pie. Los niños, que muchos de ellos desconocían las piñatas o las posadas, alegres les pegaban con un palo y jubilosos recogían “en bola” los dulces que caían de las piñatas. El personal levantó las quejas y demandas de las comunidades, mismas que serán canalizadas a las instituciones correspondientes, indicó Juanita Sotelo.
Una síntesis de las carencias y problemas que tienen las escuelas y albergues de los pueblos indígenas de Raramuchi, Cerro de Wirichike, Guacayvo-Papigochi y Mesa de Basiaware, son las siguientes:
DESNUTRICIÓN:
En los niños menores de 5 años, hay más desnutrición porque viven en sus casas, y aun no van a la escuela; los estudiantes no aprenden, ni avanzan por la gran desnutrición que sufren; insuficiente y retrasada la alimentación que entregan la CDI y la CET; becas alimenticias escasas; faltan cocinas y las que existen están en mal estado y muchos niños van a la escuela o albergue a comer, no a estudiar, porque en sus casas no tienen comida, solo pinole.
EDUCATIVO:
Faltan y ausentismo permanente de maestros en las 4 comunidades por los “permanentes cursos” magisteriales que afectan a los estudiantes; los supervisores de zona no visitan las escuelas; faltan aulas y las que existen están en malas condiciones, como dijeron las madres de familia en Cerro de Wirichike: -Llueve mas adentro de los salones que afuera-; faltan casas de maestros, algunos duermen en las aulas, no tienen material didáctico, pizarrones, gis, mesa-bancos y calentones. No hay tele-secundarias, menos tele-bachilleres.
Raramuchi Wirichike Guacayvo Basiaware
Número de niños/niñas: 50 52 30+25 129
Número de maestros: 2 1 0 4
Número de salones: 2 2 1 3 (uno
prestado por la
iglesia)
SALUD:
No tienen baños, solo letrinas en mal estado; no hay Casas de Salud; el personal de PAC-SSA solo visitan al mes a las comunidades; no hay clínicas, ni doctores, ni enfermeras. No se observó paquetes de primeros auxilios. El alcoholismo y la insalubridad son permanentes.
OBRAS/INFRAESTRUCTURA:
No hay agua suficiente, ni construcción de pilas –menos en Guacayvo, toda vez que pasa un arrollo permanente-; no tienen luz eléctrica; los caminos están en pésimas condiciones; -en Guacayvo están apenas abriendo camino-; no hay teléfonos, algunos maestros tienen celular pero no funcionan en sus zonas; en Guacayvo tiene la comunidad un teléfono satelital, pero no funciona; los niños caminan hasta 4 horas -10 kilómetros- ida y vuelta, de sus casas a la escuela.
SEGURIDAD PÚBLICA:
En ninguna de las 4 comunidades tienen vigilancia policiaca, ni comisarías de policía.
POLÍTICA:
Funcionarios, diputados o políticos, nunca han visitado esas comunidades olvidadas. En Mesa de Basiarawe fueron algunos candidatos y “solo promesas de campaña incumplidas” recibieron.
Las giras de trabajo del personal del DIF, encabezadas por el alcalde Martín Solís Reyes y la presidenta Maríacruz Villa de Solís, fueron de 12 horas diarias, aproximadamente. Los 10 regidores municipales, invitados con anticipación, no fueron ni uno, y algunos funcionarios encargados de apoyar, como el de Obras Pública, Antonio Hernández, tampoco fue.
No hay comentarios:
Publicar un comentario