
No hay librerías ni centros culturales eficientes en la Sierra Tarahumara de Chihuahua
“La lectura es un elemento esencial para el desarrollo del pensamiento, y para la salud cerebral de lo seres humanos”.
Carlos Montemayor, escritor e intelectual parralense
* Nula las librerías en la Sierra Tarahumara que promuevan la lectura
* Región sin lectores que no hojean ni un libro en su vida
* Se proyecta fundar una librería pluricultural en la región
Gabriel Valencia Juárez
Guachochi, Chih.- En la Sierra Tarahumara de Chihuahua conformada por 24 municipios serranos y con una población general de más de 220 mil habitantes, de los cuales el 70 por ciento es indígena, destacando los rarámuris, no existen librerías, salvo una en Creel, de influencia religiosa y elitista, dirigida a los turistas extranjeros. Con esta salvedad, en el resto de la Sierra no hay librerías en las principales poblaciones, menos en las comunidades rurales y rancherías para difundir la cultura y el arte, como es el caso de Guachochi, considerada como “la capital de la Sierra Tarahumara”.
La ciudad serrana de Guachochi tiene una población de 40 mil 455 habitantes de las cuales 20 mil 136 son hombres (49.8%) y mujeres, 20 mil 319, representando el 50.2 por ciento, según el XII Censo de Población y Vivienda 2000 del INEGI. Se calcula por fuentes gubernamentales a nivel municipio y estatal, que actualmente (2007) la población del municipio, fluctúa entre los 45 mil habitantes.
Ilustrando como referencia que en México, “solo un mexicano lee un libro” (Luís Turcio, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, paciencia y la Cultura –UNESCO-. La Jornada 24/04/2007), la lectura de libros es nulo y extraño, en algunos casos, para los serranos, además habrá que añadir la gran influencia de la televisión privada que ejerce sobre los millones de mexicanos, al grado que los medios de electrónicos se han convertido en el “gran elector” al concentrar “tanto poder económico y político por encima de millones de mexicanos”, que a la vez deforman la mente de lo seres humanos. (Armando Mattelart, comunicólogo francés. LJ. 9/11/2006).
Otras fuentes indican que “al parecer, la lectura de los libros se ha incrementado un poco, pero sigue siendo de apenas 2.9 por persona mayor de 12 años, cada 12 meses en promedio”, aclarando que en esa lectura se incluyen libros de texto en la escuelas que se leen por obligación, no por el gusto de leer, libros, revistas y periódicos, además de que “hay un porcentaje grande de la población que es analfabeta funcional, o bien, que no lee nunca porque esta es una actividad que le disgusta”. (Florence Toussaint: Televisión. La lectura en México. Revista Proceso no. 1566/ 5 de noviembre de 2006).
Para justificar la difusión de la cultura de la lectura en la Sierra de Chihuahua, se toman las cifras de de CONACULTA –Consejo Nacional para la Cultura- de la encuesta que levanto en noviembre del 2005, y que cita la comunicóloga Florence Toussaint en Proceso: “De la muestra nacional de 4 mil 57 personas, el 6.8 por ciento lee revistas, preferentemente de espectáculos y para mujeres, y 10 % lee periódicos. En este grupo, los favoritos son los medios locales y en segundo lugar los nacionales. De los que utilizan Internet, 7.6 lo hace diariamente y apenas 8.4 % ocupa esta tecnología para informarse de los acontecimientos cotidianos”. (Proceso No. 1566).
No hojean ni un libro; país sin lectores
En relación a otros medios de comunicación, los lectores de revistas se encuentran alejados de los libros. Un 53 % no hojea siquiera alguno en el año, y si lo hace es para cumplir tareas escolares. Tampoco le interesan los diarios, ya que no los ve ni una vez al mes. El lector de periódicos, en cambio, es mas afecto a la literatura y los libros escolares, 51.2 % dijo haber leído un libro en ese año, 7.6 % consultaba Internet cotidianamente y un 8.5 % lo hacía para buscar información, entre la cual podía estar en algunos diarios y semanarios, destacó Florence Toussaint en la citada revista Proceso.
Otro dato estadístico que tomamos es de que México es “el país sin lectores” con una población de 105 millones de mexicanos, toda vez que solo existen “Mil 246 -establecimientos de venta, de las cuales 545 son librerías – y que se achican cada año; sólo existen en el 6 por ciento de los municipios del país y alrededor del 40 por ciento se concentran en algunas zonas del Distrito Federal y hay delegaciones/municipios sin ninguna librería”. (La guerra del libro, artículo de Sergio Aguayo Quezada. Periódico Reforma. 29/11/2006: México, DF, y Boletín de la Red Latinoamericana de Librerías. No. 17 Diciembre, 2006).
¿Cuántos libros lee al año?
México es uno de los países donde menos se lee y ocupa un lugar deshonroso en el campo de literatura al ocupar el 107 a nivel mundial. (Revista Mexicana de comunicación No. 60. Fundación Manuel Buendía. Noviembre-diciembre 2002), ello debido al desinterés e ineficacia de las dependencias gubernamentales por no tomar en serio el fomento a la lectura de libros mediante programas coordinados por los tres niveles de gobierno: municipios, estatales y federal.
Se argumenta falsamente y por desgracia, en el pensamiento de la gente del ambiente cultural, incluidos funcionarios públicos, legisladores y políticos, algunos ‘asnócratas’, termino lingüístico del politólogo italiano, Giovani Sartori: “Para evitar la gran confusión democrática, se inventó el término asnocracia. Es lo que tenemos: una asnocracia. Ya no hay confusión; ahora hay muchos asnos”. (Revista Nexos No. 226 Presidencialismo y democracia en México. Octubre, 1996), y que “se han contaminado de la mentalidad desdeñosa de los acaudalados hombres de negocios: ‘negocio que no deja, déjalo. ¿Escribir no te deja, déjalo. ¿La librería no te deja? Ciérrala”, con lo cual demuestran su gran ignorancia y desprecio hacia la cultura. (José Maria Espina: La librería al borde de un ataque de nervios. Boletín de la Red Latinoamericana de Librerías No. 12 de CERLALC, España).
En nuestro país no se promueve la cultura y el arte con eficacia para “construir lectores” y a la vez de escritores, como se hace con empeño en otras ramas de la economía nacional o programas sociales, que dejan fuera la inversión cultural y educativa, cuando es elemental para “el desarrollo de la mente y de salud cerebral”, como afirma Carlos Montemayor, intelectual y escritor de Parral (Septiembre 6, 2002. La Jornada), ya que los gobiernos y empresarios, no la consideran “negocio redituable”, salvo quijotescas excepciones, y por ello la lectura de libros, es incluso desconocido, y lo ven como algo ajeno a sus costumbres en su vida cotidiana y no como una formación personal y colectiva.
Otro falso argumento, es que los “libros son caros” y por eso “no están al alcance del pueblo”. Hay vicios y graves, por recurrencia y por precio, muchísimo más caro y costosos que la lectura y, generalmente de los viciosos nunca se quejan. Ello sin juzgar ni la moralidad ni las consecuencias para la salud de esos vicios costosos, como el licor, la cerveza, el teswino y las drogas (cocaína, marihuana y derivados tóxicos fatales) que está azotando y afectando a la juventud y destruyendo al núcleo familiar en la Sierra Tarahumara, principalmente entre la raza indígena, tal parece que es una estrategia para desaparecerlos lentamente del mundo.
Es por ello que en Chihuahua y en México en lugar de aumentar las librerías y fomentar la lectura y el arte, cada año desaparecen y caen la venta de libros escandalosamente hasta en un 11 por ciento, cuando en España, por ejemplo, se lanzan al mercado cerca de 50 mil títulos cada 12 meses, en tanto que en México la producción anual de libros llega a 5 mil títulos nuevos.
España tiene una población residente de 44.7 millones de habitantes de los cuales 4.1 millones (9.3%) son extranjeros (Instituto Nacional de Estadísticas de España, 1/enero/ 2006), y tiene 4 mil 280 librerías y establecimientos de venta de libros, lo que indica que en España hay una librería por cada 10 mil habitantes y lee entre 10 y 12 libros al año.
En tanto que en México, se lee entre uno o dos libros al año, ya que solo se cuenta con 545 librerías y 716 (1,261 en total) puntos de venta (centros comerciales y restaurantes de lujo) a nivel nacional, lo que ubica a 83 mil 333 habitantes por librería, lo que representa 12 librerías por cada millón de habitantes; mientras que en el país Ibérico, para precisar, existe una librería por cada 10 mil habitantes, de acuerdo al Boletín de la Red Latinoamericana de Librerías No. 17 de diciembre de 2006, publicado en España, editado por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y El Caribe –CERLALC-.
Si se observa, la diferencia es enorme: 73 mil 333 lectores de libros.
Para ejemplificar más: el total de la librerías en América Latina es de 5 mil 743 con una población estimada en 500 millones que habitan en 24 países y 4 colonias en su mayoría de habla hispana, mientras que en España con una población de 44.7 millones, tiene 4 mil 280 librería. La diferencia es de 1,463
Sin embargo, España se queda debajo ante Francia e Inglaterra donde sus habitantes en promedio leen 20 libros al año per cápita anual (por cabeza habitante). El mínimo recomendado por la UNESCO es de por lo menos 4 libros por habitante al año, según cita de la Revista Mexicana de Comunicación.
Más aun, y en contraste con los datos estadísticos de Estados Unidos, ya que con una población de 289 millones de habitantes, en su mayoría leen alrededor de 40 libros por año, debajo de Noruega donde los noruegos leen 47 libros al año y en Alemania 42, y el total de sus títulos asciende a 200 mil cada 365 días, según el artículo de José Luís Esquivel Hernández: La lectura en bancarrota, publicado en Revista Mexicana de Comunicación que citamos.
“Construir lectores”.
“La librería potencia sus virtudes más allá de ser un lugar en donde se venden libros: es un punto de reunión cultural, un centro de diálogo, encuentro y discusión, un espacio para darle sentido al tiempo de ocio, en fin, un centro de cultura, que en México, desafortunadamente, ha decrecido más que incrementarse porque poner una librería no es negocio fácil”. (Juan Domingo Arguelles, La librería: construcción de lectores. Boletín de la Red Latinoamericana de Librerías No. 12). Se estima extraoficialmente, que realmente las librerías en México llegan a unas 400.
Fundar una librería en la Sierra en corto y mediano plazo para que sirva a futuro, es defender, no solo un negocio y un oficio, sino sobre todo un mosaico cultural pluri-étnico de gran importancia para la “construcción de lectores” y el enriquecimiento cultural y educativo, y cuya existencia en la región sería la de despertar la vocación de leer, aún en el terreno desleal y desventajoso imperante en el país.
Las librerías son más que un negocio; constituyen una inversión cultural que vale la pena y que debe preservarse, y para lograrlo, hay que implementar creaciones para ofrecer servicios culturales a las colonias o pueblos de la región o Municipio; es decir, llevar y atraer la cultura en el pueblo.
El fomento a la lectura y “construir lectores” no será tarea inmediata y llevara tiempo, pero a futuro, valdrá la pena y tendrá sus recompensas, y de paso se combate al alcoholismo y drogadicción que azota a la juventud serrana.
Con los anteriores argumentos, se propone con firmeza y fe de iniciar el proyecto cultural en la Sierra Tarahumara, con base en Guachochi, “La capital de la Sierra”, con el objetivo de promover la cultura/lectura en la región, mismo que se plantea ante la sociedad civil, autoridades gubernamentales y sectores sociales y privados por un grupo de serranos preocupados por el bajo nivel educativo y cultural en la población.
Carlos Montemayor, escritor e intelectual parralense
* Nula las librerías en la Sierra Tarahumara que promuevan la lectura
* Región sin lectores que no hojean ni un libro en su vida
* Se proyecta fundar una librería pluricultural en la región
Gabriel Valencia Juárez
Guachochi, Chih.- En la Sierra Tarahumara de Chihuahua conformada por 24 municipios serranos y con una población general de más de 220 mil habitantes, de los cuales el 70 por ciento es indígena, destacando los rarámuris, no existen librerías, salvo una en Creel, de influencia religiosa y elitista, dirigida a los turistas extranjeros. Con esta salvedad, en el resto de la Sierra no hay librerías en las principales poblaciones, menos en las comunidades rurales y rancherías para difundir la cultura y el arte, como es el caso de Guachochi, considerada como “la capital de la Sierra Tarahumara”.
La ciudad serrana de Guachochi tiene una población de 40 mil 455 habitantes de las cuales 20 mil 136 son hombres (49.8%) y mujeres, 20 mil 319, representando el 50.2 por ciento, según el XII Censo de Población y Vivienda 2000 del INEGI. Se calcula por fuentes gubernamentales a nivel municipio y estatal, que actualmente (2007) la población del municipio, fluctúa entre los 45 mil habitantes.
Ilustrando como referencia que en México, “solo un mexicano lee un libro” (Luís Turcio, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, paciencia y la Cultura –UNESCO-. La Jornada 24/04/2007), la lectura de libros es nulo y extraño, en algunos casos, para los serranos, además habrá que añadir la gran influencia de la televisión privada que ejerce sobre los millones de mexicanos, al grado que los medios de electrónicos se han convertido en el “gran elector” al concentrar “tanto poder económico y político por encima de millones de mexicanos”, que a la vez deforman la mente de lo seres humanos. (Armando Mattelart, comunicólogo francés. LJ. 9/11/2006).
Otras fuentes indican que “al parecer, la lectura de los libros se ha incrementado un poco, pero sigue siendo de apenas 2.9 por persona mayor de 12 años, cada 12 meses en promedio”, aclarando que en esa lectura se incluyen libros de texto en la escuelas que se leen por obligación, no por el gusto de leer, libros, revistas y periódicos, además de que “hay un porcentaje grande de la población que es analfabeta funcional, o bien, que no lee nunca porque esta es una actividad que le disgusta”. (Florence Toussaint: Televisión. La lectura en México. Revista Proceso no. 1566/ 5 de noviembre de 2006).
Para justificar la difusión de la cultura de la lectura en la Sierra de Chihuahua, se toman las cifras de de CONACULTA –Consejo Nacional para la Cultura- de la encuesta que levanto en noviembre del 2005, y que cita la comunicóloga Florence Toussaint en Proceso: “De la muestra nacional de 4 mil 57 personas, el 6.8 por ciento lee revistas, preferentemente de espectáculos y para mujeres, y 10 % lee periódicos. En este grupo, los favoritos son los medios locales y en segundo lugar los nacionales. De los que utilizan Internet, 7.6 lo hace diariamente y apenas 8.4 % ocupa esta tecnología para informarse de los acontecimientos cotidianos”. (Proceso No. 1566).
No hojean ni un libro; país sin lectores
En relación a otros medios de comunicación, los lectores de revistas se encuentran alejados de los libros. Un 53 % no hojea siquiera alguno en el año, y si lo hace es para cumplir tareas escolares. Tampoco le interesan los diarios, ya que no los ve ni una vez al mes. El lector de periódicos, en cambio, es mas afecto a la literatura y los libros escolares, 51.2 % dijo haber leído un libro en ese año, 7.6 % consultaba Internet cotidianamente y un 8.5 % lo hacía para buscar información, entre la cual podía estar en algunos diarios y semanarios, destacó Florence Toussaint en la citada revista Proceso.
Otro dato estadístico que tomamos es de que México es “el país sin lectores” con una población de 105 millones de mexicanos, toda vez que solo existen “Mil 246 -establecimientos de venta, de las cuales 545 son librerías – y que se achican cada año; sólo existen en el 6 por ciento de los municipios del país y alrededor del 40 por ciento se concentran en algunas zonas del Distrito Federal y hay delegaciones/municipios sin ninguna librería”. (La guerra del libro, artículo de Sergio Aguayo Quezada. Periódico Reforma. 29/11/2006: México, DF, y Boletín de la Red Latinoamericana de Librerías. No. 17 Diciembre, 2006).
¿Cuántos libros lee al año?
México es uno de los países donde menos se lee y ocupa un lugar deshonroso en el campo de literatura al ocupar el 107 a nivel mundial. (Revista Mexicana de comunicación No. 60. Fundación Manuel Buendía. Noviembre-diciembre 2002), ello debido al desinterés e ineficacia de las dependencias gubernamentales por no tomar en serio el fomento a la lectura de libros mediante programas coordinados por los tres niveles de gobierno: municipios, estatales y federal.
Se argumenta falsamente y por desgracia, en el pensamiento de la gente del ambiente cultural, incluidos funcionarios públicos, legisladores y políticos, algunos ‘asnócratas’, termino lingüístico del politólogo italiano, Giovani Sartori: “Para evitar la gran confusión democrática, se inventó el término asnocracia. Es lo que tenemos: una asnocracia. Ya no hay confusión; ahora hay muchos asnos”. (Revista Nexos No. 226 Presidencialismo y democracia en México. Octubre, 1996), y que “se han contaminado de la mentalidad desdeñosa de los acaudalados hombres de negocios: ‘negocio que no deja, déjalo. ¿Escribir no te deja, déjalo. ¿La librería no te deja? Ciérrala”, con lo cual demuestran su gran ignorancia y desprecio hacia la cultura. (José Maria Espina: La librería al borde de un ataque de nervios. Boletín de la Red Latinoamericana de Librerías No. 12 de CERLALC, España).
En nuestro país no se promueve la cultura y el arte con eficacia para “construir lectores” y a la vez de escritores, como se hace con empeño en otras ramas de la economía nacional o programas sociales, que dejan fuera la inversión cultural y educativa, cuando es elemental para “el desarrollo de la mente y de salud cerebral”, como afirma Carlos Montemayor, intelectual y escritor de Parral (Septiembre 6, 2002. La Jornada), ya que los gobiernos y empresarios, no la consideran “negocio redituable”, salvo quijotescas excepciones, y por ello la lectura de libros, es incluso desconocido, y lo ven como algo ajeno a sus costumbres en su vida cotidiana y no como una formación personal y colectiva.
Otro falso argumento, es que los “libros son caros” y por eso “no están al alcance del pueblo”. Hay vicios y graves, por recurrencia y por precio, muchísimo más caro y costosos que la lectura y, generalmente de los viciosos nunca se quejan. Ello sin juzgar ni la moralidad ni las consecuencias para la salud de esos vicios costosos, como el licor, la cerveza, el teswino y las drogas (cocaína, marihuana y derivados tóxicos fatales) que está azotando y afectando a la juventud y destruyendo al núcleo familiar en la Sierra Tarahumara, principalmente entre la raza indígena, tal parece que es una estrategia para desaparecerlos lentamente del mundo.
Es por ello que en Chihuahua y en México en lugar de aumentar las librerías y fomentar la lectura y el arte, cada año desaparecen y caen la venta de libros escandalosamente hasta en un 11 por ciento, cuando en España, por ejemplo, se lanzan al mercado cerca de 50 mil títulos cada 12 meses, en tanto que en México la producción anual de libros llega a 5 mil títulos nuevos.
España tiene una población residente de 44.7 millones de habitantes de los cuales 4.1 millones (9.3%) son extranjeros (Instituto Nacional de Estadísticas de España, 1/enero/ 2006), y tiene 4 mil 280 librerías y establecimientos de venta de libros, lo que indica que en España hay una librería por cada 10 mil habitantes y lee entre 10 y 12 libros al año.
En tanto que en México, se lee entre uno o dos libros al año, ya que solo se cuenta con 545 librerías y 716 (1,261 en total) puntos de venta (centros comerciales y restaurantes de lujo) a nivel nacional, lo que ubica a 83 mil 333 habitantes por librería, lo que representa 12 librerías por cada millón de habitantes; mientras que en el país Ibérico, para precisar, existe una librería por cada 10 mil habitantes, de acuerdo al Boletín de la Red Latinoamericana de Librerías No. 17 de diciembre de 2006, publicado en España, editado por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y El Caribe –CERLALC-.
Si se observa, la diferencia es enorme: 73 mil 333 lectores de libros.
Para ejemplificar más: el total de la librerías en América Latina es de 5 mil 743 con una población estimada en 500 millones que habitan en 24 países y 4 colonias en su mayoría de habla hispana, mientras que en España con una población de 44.7 millones, tiene 4 mil 280 librería. La diferencia es de 1,463
Sin embargo, España se queda debajo ante Francia e Inglaterra donde sus habitantes en promedio leen 20 libros al año per cápita anual (por cabeza habitante). El mínimo recomendado por la UNESCO es de por lo menos 4 libros por habitante al año, según cita de la Revista Mexicana de Comunicación.
Más aun, y en contraste con los datos estadísticos de Estados Unidos, ya que con una población de 289 millones de habitantes, en su mayoría leen alrededor de 40 libros por año, debajo de Noruega donde los noruegos leen 47 libros al año y en Alemania 42, y el total de sus títulos asciende a 200 mil cada 365 días, según el artículo de José Luís Esquivel Hernández: La lectura en bancarrota, publicado en Revista Mexicana de Comunicación que citamos.
“Construir lectores”.
“La librería potencia sus virtudes más allá de ser un lugar en donde se venden libros: es un punto de reunión cultural, un centro de diálogo, encuentro y discusión, un espacio para darle sentido al tiempo de ocio, en fin, un centro de cultura, que en México, desafortunadamente, ha decrecido más que incrementarse porque poner una librería no es negocio fácil”. (Juan Domingo Arguelles, La librería: construcción de lectores. Boletín de la Red Latinoamericana de Librerías No. 12). Se estima extraoficialmente, que realmente las librerías en México llegan a unas 400.
Fundar una librería en la Sierra en corto y mediano plazo para que sirva a futuro, es defender, no solo un negocio y un oficio, sino sobre todo un mosaico cultural pluri-étnico de gran importancia para la “construcción de lectores” y el enriquecimiento cultural y educativo, y cuya existencia en la región sería la de despertar la vocación de leer, aún en el terreno desleal y desventajoso imperante en el país.
Las librerías son más que un negocio; constituyen una inversión cultural que vale la pena y que debe preservarse, y para lograrlo, hay que implementar creaciones para ofrecer servicios culturales a las colonias o pueblos de la región o Municipio; es decir, llevar y atraer la cultura en el pueblo.
El fomento a la lectura y “construir lectores” no será tarea inmediata y llevara tiempo, pero a futuro, valdrá la pena y tendrá sus recompensas, y de paso se combate al alcoholismo y drogadicción que azota a la juventud serrana.
Con los anteriores argumentos, se propone con firmeza y fe de iniciar el proyecto cultural en la Sierra Tarahumara, con base en Guachochi, “La capital de la Sierra”, con el objetivo de promover la cultura/lectura en la región, mismo que se plantea ante la sociedad civil, autoridades gubernamentales y sectores sociales y privados por un grupo de serranos preocupados por el bajo nivel educativo y cultural en la población.
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